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Por Clr. Julio César Vergara

Anteojos nuevos. Julio César Vergara. Consultor Psicológico.

Las primeras entrevistas de un proceso de Consultoría suelen presentarse como una larga enumeración de males, angustias, tristezas y frustraciones de parte del consultante.

Deberán pasar varias entrevistas para conocer otros aspectos de su vida y que nos muestren algo más que costados negativos de su cotidianeidad.

Llamativamente cuando esto se produce, y podemos extraer de la anamnesis (1) información adicional de la vida del sujeto-consultante, descubrimos que suelen presentarse dos escenarios:

  1. El consultante no “ve” muchas de las situaciones o hechos positivos que lo rodean y centra su atención exclusivamente en lo que lo frustra o hace su vida insatisfactoria.
  2. El consultante puede “ver” algunas de las situaciones o estados positivos que se le presentan, aunque restándole entidad o poniéndolos en duda o sencillamente no dándole importancia.

Son varias las razones posibles de esta manera de ver la realidad, tantas que seguramente nos llevaría demasiado tiempo dilucidar el origen de tal condición y tiempo no es precisamente lo que el consultante tiene para invertir, especialmente si su estado es de angustia o está pasando por una crisis que impacta directamente en su vida diaria.

Es consultante precisamente por eso; porque no encuentra una forma de salir de una situación que al menos reconoce como no deseada. Es preciso entonces poner bajo su mirada la mayor cantidad de herramientas posibles que lo asistan en su situación. Una tarea que es fundamental para un Counselor.

Mostrar las herramientas que el Consultante tiene a su disposición pero que no usa; o bien porque no sabe que las tiene o porque no adquirió la habilidad de reconocerlas. No las ve. En principio esas herramientas podemos definirlas como “las actitudes con las cuales una persona enfrenta situaciones de su vida diaria e intenta resolverlas”.

El aprendizaje de esas actitudes se produjo seguramente durante la infancia y devienen de lo enseñado, lo aprendido, lo comprendido. Frente a situaciones de características similares el sujeto es proclive a repetir estas actitudes (uso de herramientas) a lo largo de toda su vida, y un sencillo análisis de esta cuestión nos lleva a suponer que existen varios factores que pueden llevar a que las respuestas actitudinales puedan ser no satisfactorias.

Lo más obvio es la imposibilidad de reproducir exactamente aquellas situaciones que fueron resueltas satisfactoriamente con anterioridad, porque los matices de esas situaciones pueden determinar que la respuesta que fue adecuada entonces, hoy no lo sea.

También existe la posibilidad que la respuesta dada haya sido equivocada entonces y lo siga siendo hoy. La inseguridad, el temor, la desconfianza, el retraimiento; son conductas (herramientas) que seguramente fueron puestas en acto en algún momento para enfrentar situaciones de la vida del sujeto y que a medida que se alejan del origen de su manifestación van perdiendo eficacia.

Sin embargo se repiten. Una y mil veces. ¿Cómo hacer para rastrear ese origen en las innumerables situaciones de la infancia que seguramente se encuentran enmascaradas y ocultas a la memoria conciente? Una tarea casi imposible. Y digo casi porque existen opciones terapéuticas como el psicoanálisis que precisamente bucea en ese mar de instancias del pasado para resignificar contenidos a través de un largo proceso terapéutico. No es el caso de la Consultoría.

El Counselor en su tarea profesional asume que ciertas dificultades psicológicas de las personas incluyendo los conflictos interpersonales que suelen atravesarse necesariamente durante la existencia, forman parte del proceso normal de la vida y no constituyen patología. Esa diferencia fundamental del marco teórico con el cual asumimos la responsabilidad de prestar ayuda a otro, nos permite colocarnos en un lugar desde donde intentamos acompañar estos momentos del consultante, precisamente en el rol de aquel que entiende que está trabajando con una persona sana y con plena disponibilidad su potencial psicológico, y que su participación estará fundamentado en que la persona pueda encontrar la forma de utilizar su propio potencial para resolver sus conflictos.

Es en estos términos que el Counselor puede actuar como una suerte de psico-educador, potenciando y haciendo ver las posibilidades con las que el Consultante cuenta a la hora de resolver sus conflictos. Poniendo a la luz capacidades que el propio Consultante no puede ver, inmerso en su rutina de acciones que se transforman en un círculo vicioso del que le cuesta salir y que encuentra en la propuesta del Counseling una ayuda concreta y al alcance de la mano.

Aprender a “ver” nuestras propias capacidades es posible. Aprender a reemplazar conductas que se han probado ineficaces por otras más creativas es posible. Buscar en nosotros mismos esa diferencia que hace que la vida se muestre mas amigable es posible. Y lo mejor de todo es que no hay edad para esto. La posición de “sufriente” muchas veces aparece como una opción cuando no lo es. Y no lo es a pesar de ser una posición conocida y que en el fondo, al presentar menos incógnitas, deviene en comodidad. Se muestra como una especie de costumbre de padecimiento.

Y como toda costumbre suele mostrarse como menos amenazante. Sin embargo, es tarea del Counselor en su misión de ayuda, mostrar las opciones que se encuentran dormidas o anestesiadas o escondidas en el propio Consultante para que este pueda hacer uso de ellas en beneficio de su calidad de vida. Para que pueda invertir el sentido del camino y retome la búsqueda de la felicidad. Y no lo contrario. Algo así como darle al otro anteojos nuevos, para que mire lo de siempre, pero que vea de otra manera.

Hasta la próxima

(1) Anamnesis: Acción previa a cualquier estudio clínico o psicosocial que trata de recoger todos los datos personales, hereditarios, familiares y del entorno del enfermo o de la persona consultante, anteriores a la consulta y/o a la situación de deficiencia.

Clr. Julio César Vergara
Teléfono informes: 155 845 2142
Atención Zona Sur G.B.A. – Argentina

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