Saltar al contenido

¿¡Qué pasó con tu rostro, tristeza!?
¿¡ya no tienes luz!?
¡ Pinta tus ojitos
que te hagan relumbrar!
Sonroja tus mejillas
con color carmesí, … ¡ah!!
¡y tus labios! pintadlos también.

Ya ves, cómo te compones, tristeza,
y con una sonrisa, ya estás.

Ahora, limpia por dentro tu alma,
purifícala de cosas bellas, …
¿Ves, ves ese árbol,…?
(¡sí!)
Nació de una semilla,
¡igual que tú!,
¿te fijas…?
¿¡Cómo han crecido sus brazos?!
Y tú, … y tú también.

De ellos nacerán frutos
para degustar su sabor,
sabor que enaltecerá tu gusto
por conseguir tus bellos anhelos.

Esos frutos
que con el transcurrir del tiempo
se tornarán hermosas canciones
dentro de tu corazón.

¡Qué árbol más hermoso nació para ti!
Hacedlo que florezca hermoso,
erguido, cual si fuera un niño
que nació de ti,
no empañes su belleza
cuidadlo como si fueras tú
adornadlo de guirnaldas,
colmadlo de sabiduría,
y de … de mucho amor.

Fin

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo