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Leyenda del cristo de la Seo – Carlos Cebrián González

El Santísimo Cristo de La Seo, es una imagen milagrosa, que se encuentra ubicada en la Catedral del Salvador de Zaragoza (España), en una Capilla espectacular, con seis columnas salomónicas de mármol de Calatorao, que sujetan una  cúpula oval, sita en el lado sur del trascoro. A esta  bella y artística imagen le profesamos los aragoneses, una gran devoción a través de los siglos.
Esta talla que preside la capilla de su mismo nombre está realizada en madera policromada y es de las denominadas de tres clavos, expresando con un realismo que sobrecoge el sufrimiento de Jesucristo, cuya cabeza se inclina inerte en su hombro derecho. El grupo escultórico, que fue tallado por Arnau de Bruselas a finales del siglo XVI y policromado en 1560, por Juan Ramírez, siguiendo el proyecto de Jerónimo Cosida, lo complementan las imágenes de María, su Madre y de San Juan Bautista, ambos situados a los pies de la Cruz y a ambos lados de la misma.
Tal y como señala el libro: “Memoria del Devotísimo Y Portentoso Simulacro de Jesu-Chisto Crucificado Nuestro Divino Redentor” del que fue su autor en 1816, el presbítero don Eusebio Ximénez, Racionero Secretario del Santo Templo: “estaba esta imagen delante de la puerta del Refitorio”. El autor también explica que en él parece cumplirse lo que el Salvador dijo de sí: “Et ergo si exaltatus fuera á terra omnia traham ad me ipsum”. Poco después comentaba que: “no hay persona que lo mire atentamente que no se sienta poseído del respeto mayor y excitada a su devoción”.
A través de los años recuerdo haber visitado muchas veces esta capilla de La Seo, y siempre me encanta admirar y loar la belleza de su Tabernáculo o baldaquino hexagonal, que sirve de protección al altar y que fue construido, por el prestigioso escultor Juan Ramírez en 1729, siguiendo un diseño que hizo Juan Zabala. .
Quien visite esta capilla podrá contemplar el sepulcro del que fue Canónigo Penitenciario de La Seo y confesor del rey Felipe IV, es decir don Martín de Funes la Figuera y Zapata, cuya efigie se encuentra en actitud orante.
EL MILAGRO.- Señalan las crónicas que don Martín de Funes, Canónigo Penitenciario de esta Iglesia Metropolitana: “una de las noches cuando concurría a los Maitines de medianoche, el 12 de septiembre de 1631, habiéndose arrodillado delante del Santísimo Crucifijo, antes de empezar los Maitines, según su costumbre, oyó o percibió con toda claridad, que del Divino Simulacro se le dirigieron las palabras siguientes: Y vos que me tenéis aquí, qué hacéis por mí?”.
Al parecer cuando escuchó las palabras de Cristo, bajó la cabeza con respeto y luego se atrevió a responderle al Crucificado: “Señor, bien sabéis vos que son pecados o ha sido ofenderos lo que yo he hecho”.
SEGUNDO MILAGRO.- La noche del 13 de enero de 1637, muy poco antes de comenzar los Maitines de la octava de la Epifanía, don Martín de Funes, abrió la puertecita del rejado antiguo para entrar en la capilla. Se encontró con la lámpara baja, que habían preparado poco antes, ya que al perecer desprendía mal olor su pábilo. El Canónigo antes de arrodillarse, alzó los ojos al Cristo y le dijo: “Mal olor os han dado Señor”. Y Jesucristo le respondió: “Más malo me lo has dado tú con tus pecados”.
Él se arrodilló y oyendo las palabras del Crucificado, comprendió que era cierto lo que Cristo le decía.
Varios años después de su muerte fue enterrado, concretamente en 1701, en esta capilla del Santo Cristo.
EL CRISTO SALIÓ DE ROGATIVA.- Este Santo Cristo tiene fama de milagroso. Como ejemplo señalaré las ocasiones en que salió esta preciada imagen en procesión solemne por las calles de Zaragoza (España), ante el fervor y devoción del pueblo.
Fue en el 13 de mayo de 1703, cuando el cortejo salió, contando con la asistencia del Excmo. Sr. Don Antonio Ibáñez de la Riva Herrera, Arzobispo de Zaragoza y los Jurados de la ciudad. Según citan los cronistas, al día siguiente de la rogativa, cesó el viento y desde las once de la mañana, toda la tarde y noche llovió de temporal copiosamente.
Otro prodigio que se logró tras la salida procesional de Cristo, fue que desde el 14 al 22 de mayo, llovió mucho, a excepción de un día incluido en ese intervalo citado, fecha en la que sopló el cierzo. Además no hubo truenos, granizo, ni vientos fuertes.
Se menciona también como prodigio, el que la lluvia cayó en forma abundante por todo el Reino de Aragón, llegando hasta las fronteras de Castilla.
Aparte de estos hechos importantes que menciono. He de nombrar que se recogió en ese año una abundante cosecha, transcurriendo un tiempo record, desde el nacimiento del grano, hasta la siega del mismo.
El 30 de mayo de 1703 se celebró una misa solemne en la Santa Capilla del trascoro, para dar las gracias públicamente a este Santísimo Cristo de La Seo. Los Jurados de la ciudad, agradecidos dieron cien doblones destinados al ornamento de la capilla.
En agradecimiento a su divina protección, el Venerable Clero de Racioneros, Beneficiados y Ministros de Templo del Salvador, en 1703, se obligó a mantener a sus expensas, dos luces de cera, que ardiesen en forma perenne en la capilla del Santísimo Cristo, todos los días del año. Además se instituyó una hermandad espiritual bajo el nombre del Salvador que como señalaba en su obra antes citada, el Presbítero don Eusebio Ximénez: “vio fundada la luminaria que dio principio con su devoción y tres lámparas de plata, que arden día y noche ante el Santísimo”.

OTRAS ROGATIVAS CON EL SANTÍSIMO CRISTO.-

En honor a la brevedad en forma esquemática y resumida, a continuación enumeraré las fechas, además de la mencionada de 1703, en las que el pueblo de Zaragoza, sacó al Cristo de La Seo en rogativa, a través de las calles de la urbe y que fueron:
. El 19 de mayo de 1713 para impetrar el beneficio de la lluvia.
. El 24 de enero de 1714 rogando por la salud de la Reina doña Maria Luisa de Saboya.
. El 5 de junio de 1803 solicitando el beneficio de la lluvia.
. El 6 de diciembre de 1896 pidiendo la divina protección para los defensores de Cuba
. El 10 de agosto de 1924 para impetrar el beneficio de la lluvia
. El 6 de enero de 1937 en demanda de la Paz de España en la guerra civil española
. El 30 de marzo de 1944 pidiendo por la Paz del Mundo y por el Papa.
. El 16 de mayo de 1945 para impetrar el beneficio de la lluvia.
. El 25 de noviembre de 1948, para pedir la lluvia.
Las crónicas señalan que la salida de la imagen logró acabar con la sequía y obtener victorias en difíciles batallas, proporcionando a nuestro Reino de Aragón, una magnífica protección celestial tras las procesiones.
Una jota emocionante dedicada a esta preciada imagen del Santo Cristo de La Seo, se popularizó en Aragón. La misma decía:
“Desde Huesca a Zaragoza,
Dos Santos hacen sendero.
Es la Virgen del Pilar
Y mi Cristo de La Seo”.

LA ÚLTIMA SALIDA PROCESIONAL DE LA IMAGEN.-

Personalmente me siento muy orgulloso de haber asistido, en Zaragoza, el sábado 21 de marzo de 1997 a las 19,30 horas al solemne Vía Crucis, organizado por el Cabildo Metropolitano que fue presidido por ese Cristo de La Seo.
En ese acto religioso solemne, más de dos mil personas contemplamos con devoción, como este Cristo tan venerado, era llevado durante más de hora y media por la Plaza del Pilar de Zaragoza, por los hermanos de varias Cofradías de la Semana Santa de Zaragoza, miembros de la juventud Eucarística Reparadora, Marías de los Sagrarios y de la Corte de Honor y cofrades del Rosario de Cristal. En esa ocasión no se pidió lluvia, ni protección divina ante un desgraciado evento. Obedecía la salida al deseo de San Juan Pablo II, para que la Iglesia y el mundo estuvieran preparados ante ese gran evento, que fue la entrada en el tercer milenio del nacimiento de Cristo.
Como epílogo de esta leyenda, reproduciré la inscripción de la lápida de bronce, que realizó el eminente escultor, don Carlos Palao sobre la puerta de la sacristía, que conmemora la victoria del Ejército español en Cuba, en el año 1896, un día después de sacar al Santísimo Cristo de La Seo, por las calles de Zaragoza, para impetrar la protección del Hijo de Dios Padre, que dice:
“Con esta señal vencerás. Defiéndenos de todos nuestros enemigos, para obtener la paz. Encendida la guerra en los territorios españoles de Oriente y de Occidente, esta imagen de Nuestro Señor Jesucristo Crucificado, fue sacada solemnemente en pública rogativa y con gran concurso del pueblo el año 1896, día 6 de diciembre. En testimonio de gratitud por la gran victoria alcanzada al día siguiente, la Ciudad piadosa y generosa, determinó hacer y mandó colocar esta lápida para que dure perpetuamente”.
CARLOS CEBRIÁN GONZÁLEZ
ESCRITOR ESPAÑOL E INVESTIGADOR HISTÓRICO NACIONAL.

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