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El niño y la paz

El niño y la paz es una de las bellas reflexiones sobre la paz escrita por Elias Wolfie, es una interesante reflexión para adolescentes, jóvenes y adultos.

Hace tiempo escribí un libro sobre La Violencia, cuya conclusión señalaba: Un niño feliz y que se siente amado nunca será violento.

El ensayo apelaba al amor como elemento generador de emociones y sentimientos positivos y bondadosos y como artífice de la concreción de una vida armoniosa y pacífica entre los hombres.

Asimismo señalaba la importancia de la impronta, de las primeras impresiones y del desarrollo físico, mental y espiritual del niño desde la más tierna infancia, contando con palabras, hechos, ideas y relaciones que hagan a la armonía, la paz y la felicidad.

La felicidad es un concepto muy amplio, es un estado de ánimo pero también una condición existencial.

Aunque hay motivos y situaciones que ayudan y otros que condicionan, la felicidad es una elección, que está en manos de cada uno optar.

A pesar de todo, aun en la peor de las circunstancias, el hombre puede elegir ser feliz y sentirse feliz, por la vida, por los deseos, por la existencia y por poder continuar en ese camino que recorre con dureza, con dolor y que ambiciona concluir de la mejor manera.

Ser feliz es la obligación primordial del hombre, vivir con la armonía y la paz que hace a la felicidad, no sólo es el solaz del alma sino que también provoca sentimientos en los que nos rodean.

Un hombre feliz da felicidad a su entorno, a los que interactúan con él, familiares, amigos, compañeros, a los que irradia la luz que lleva dentro de sí.

El amor como pasión, como conducta y como vivencia existencial, es lo que conduce a la paz.

Enseñar y vivenciar el amor desde la más tierna infancia, es el mejor antídoto contra la violencia, y genera conductas y comportamientos pacíficos.

Si uno ama no tiene odio, rencores, envidias ni prejuicios.

Pero el amor para que sea auténtico debe estar impostado en el otro; se puede pretender dar amor desde uno mismo, como aquél que dice te tengo que cuidar, te tengo que guiar para que no te equivoques pero desde uno y no desde el otro.

Sentirse amado, es sentir felicidad sino la felicidad ajena.

Si se vive de ese amor, si se muestra con su manera de ser, que uno ama en relación a los demás, se habrá enseñado a vivir auténticamente, y esa vida es la vida de la paz.

La paz es armonía, la paz es felicidad, la paz es amor, y se debe dar esa impronta al niño desde su más tierna infancia, no sólo con palabras, sino con acciones, con demostraciones verdaderas que nuestro objetivo es la paz y la armonía entre todos los hombres.

Porque además el entorno lo hace difícil, día a día se escucha, se ve y se palpa en las relaciones sociales, en las relaciones personales y en las relaciones entre las naciones, que lejos de asumir conductas pacíficas se asumen conductas soberbias, autoritarias, egoístas y violentas.

No hay otra forma de contrarrestar esta situación que dándole al niño la vivencia de la paz, que la percibe en nuestras palabras y en nuestros actos, y sobre todo en nuestro compromiso.

Los padres, los maestros y los que enseñan, los que tienen a su cargo grupos infantiles deben promover e instalar esta conducta pacífica desde ellos mismos para que sea ejemplo y demostración que se puede vivir en una sociedad pacífica.

La psiquis humana está preparada para recibir estímulos y generar conductas adecuadas a ellos, y si nosotros conseguimos impostar en esas mentes infantiles, que están abiertas a ser receptáculos de emociones y sensaciones, la conducta de la paz, habremos logrado que su prioridad sea la templanza, la armonía, el equilibrio y la bondad.

Sembrar la paz en el corazón del niño es hacerlo bueno, es prepararlo para que en el momento que deba asumir compromisos, ejercer responsabilidades y tomar decisiones, ellas sean ejecutadas de acuerdo a la paz, la bondad y el amor que tiene en su corazón.

Amemos al niño, demostrémosle ese amor, desde su felicidad, demos ejemplo de una vida pacífica y armoniosa y lograremos un mundo auténtico, armónico y mejor.

Fin

Reflexión para adolescentes, jóvenes y adultos

Autor: Elias Wolfie (Argentina)

Embajador por Cercle Univ. Ambassadeurs de la Paix

El niño y la paz es una de las bellas reflexiones sobre la paz escrita por Elias Wolfie, es una interesante reflexión para adolescentes, jóvenes y adultos.

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