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El poder de la palabra 🤫 Recién en ese momento comprendió el verdadero poder que tiene la palabra.

Por Liana Castello. Ilustración: Anna Burighel. Cuentos cortos para adolescentes.

El poder de la palabra es un cuento bien corto, casi a modo de reflexión sobre la verdadera fuerza y poder, tanto bueno como malo, que tiene la palabra hablada. Es una breve historia de la escritora argentina Liana Castello sugerida para adolescentes y adultos.

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El poder de la palabra

El poder de la palabra - Ilustración de Anna Burighel

El niño había nacido mudo. Nadie entendía por qué nunca había podido hablar. No era sordo, escuchaba perfectamente, pero no podía emitir palabra. Sus padres visitaron a todos los médicos de la ciudad y de otras ciudades también y ninguno podía explicarse porque, un niño sano, no podía hablar.

El pequeño creció escuchando cómo las personas se comunicaban, expresaban sus sentimientos y emociones, discutían y reían. Jamás fue del todo feliz, tenia amor, contención y hasta fe, pero no podía expresarse con la palabra.

Algo le faltaba y era algo importante. Sabía que mucha gente no podía hablar y debía vivir así, en el silencio permanente, pero él no se resignaba. Cierto grado de resentimiento lo habitó y un dejo de envidia se instaló en él haciéndole la realidad aún más dura.

Pedía y pedía a Dios un milagro, deseaba poder hablar por sobre todas las cosas. Se prometió a si mismo que si algún día Dios se acordaba de su pedido, nada lo haría callar. El joven no sabía que Dios tenía preparado algo para él, más que un milagro, una prueba, con el tiempo lo descubriría.

Un día cualquiera, sin saber por qué, ni cómo, el joven habló y su vida toda cambió. Se sintió feliz, tan feliz como nunca había sido ¡Podía hablar! No más silencio, no más sentirse al margen de todo y todos.

Creyó que era su turno de hablar todo lo callado, que tenía ganado el derecho de decir todo aquello que había tenido guardar por años. No tuvo en cuenta, como a muchos les sucede, que los dones que Dios nos da, hay que cuidarlos, hay que saber usarlos y también hay que honrarlos.

Y entonces, comenzó a decir cada cosa que pensaba, todo aquello que se le cruzaba por la cabeza, no medía las palabras, opinaba de todo y de todos porque por casi una vida no había podido hacerlo.

Creía que ya que era su turno de hablar, que luego de tantos años de habérsele negado el habla, tenía el derecho de decir y decir y decir. Nunca tuvo en cuenta que toda palabra tiene una consecuencia, buena o mala, que lo que se dice, dicho está y no hay vuelta atrás. No pensó jamás que podía herir y mucho, que también las palabras lastiman y dejan huellas.

Tampoco pensó que poder hablar, no lo habilitaba a no medir, a decir sin pensar. Poco tuvo que esperar para aprender la lección y como muchas lecciones, la aprendió con dolor.

Toda palabra tiene un eco silencioso que, de uno u otro modo, vuelve hacia nosotros, cada palabra da poder, mucho poder y que de ese poder hay que hacer el mejor uso, el más piadoso y prudente. Muchos fueron los que se sintieron heridos por sus palabras, muchos quienes no entendieron su falta de tino y piedad, demasiados los que se alejaron de él.

Recién en ese momento comprendió el verdadero poder que tiene la palabra y tuvo que aprender a usar las correctas y en el momento justo. También, por paradójico que parezca, aprendió a callar cuando era necesario.

Se dio cuenta que poder hablar no era sólo una habilidad física, sino un don preciado, muy preciado y que poder hablar no lo habilitaba a decir lo que fuera cuando quisiera.

En ese momento, en el de comprender esa realidad, ocurrió el verdadero milagro que no fue poder hablar, sino poder comunicarse con el otro de un modo amoroso.

Fin.

El poder de la palabra es un cuento que nos envió su autora para publicar en EnCuentosLiana Castello © Todos los derechos reservados.

Sobre Liana Castello

Liana Castello - Escritora

«Nací en Argentina, en la Ciudad de Buenos Aires. Estoy casada y tengo dos hijos varones. Siempre me gustó escribir y lo hice desde pequeña, pero recién en el año 2007 decidí a hacerlo profesionalmente. Desde esa fecha escribo cuentos tanto infantiles, como para adultos.»

Liana Castello fue, durante varios años, Directora de Contenidos de este portal. Junto con EnCuentos, recibió la Bandera de la Paz de Nicolás Roerich y se convirtió en 2011 en Embajadora de la Paz en Argentina.

Si quiere conocer más sobre Liana, puede leer su biografía Aquí.

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Comentarios y Reflexiones

  1. Foto del avatar

    ¡Mil gracias por este cuento! Es exactamente lo que anhelaba encontrar para compartir y que bien que esto es posible. Muy agradecida a Liana Castello por su generosidad.
    Soy una amante del Poder de la Palabra. En estos momentos estoy escribiendo uno de los capitulos de un libro sobre autoconocimiento que se esta escribiendo en conjunto con otros autores. Y mi tema se trata sobre el tema del cuento.
    Aunque aqui se ha dado ya el permiso de compartir el cuento, les pido por favor de dejarme saber si puedo compartir el cuento tambien en mi capitulo, naturalmente mencionando la autora. Esperando su respuesta, le saludo cariñosamente, Luz Dalila Brunner desde Suiza.

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