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Fábulas infantiles

La siguiente es una adaptación del cuento El tigre y la zorra de Miguel Ángel Ferrés.

¡Seamos amigos!

Seamos amigos… Un hombre joven, desanimado de todo, salió a dar una vuelta por el bosque. Una vez allí, se quedó sorprendido al ver como una liebre llevaba comida a un tigre atrapado y herido que no podía valerse por sí mismo. Al día siguiente volvió para comprobar si aquel hecho era una casualidad o era habitual. Y vio que la escena se repetía: la liebre dejaba un buen trozo de carne cerca del tigre. Y así un día y otro.

Admirado por la solidaridad y cooperación de los animales, se dijo: “La naturaleza es maravillosa. Si los animales, que son inferiores a nosotros, se ayudan de esta manera, mucho más lo harán las personas”.  Y decidió hacer la experiencia:

Se tiró al suelo simulando que estaba herido, y se puso a esperar que alguna persona pasara por su lado y se compadeciera.

Pasaron las horas, llegó la noche y nadie se acercaba a su lado. Él aguantaba el hambre y la intemperie porque confiaba en los demás hombres. Pero al cabo de unos días de esperar inútilmente, al límite de sus fuerzas, decepcionado de una naturaleza que consideraba desordenada, sintió una voz que le decía:

“Si quieres encontrar a tus semejantes como hermanos, deja de hacer de tigre y haz de liebre”.

Se sobresaltó, no sabía si deliraba o soñaba, pero comprendió inmediatamente el mensaje y se levantó para empezar a hacer de liebre.

Adaptación del cuento El tigre y la zorra de Miguel Ángel Ferrés

Descubrí la importancia del servicio generoso en la amistad.

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