Saltar al contenido

Trastornos de alimentación ¿Responsabilidad de los medios?

Trastornos de alimentación

Trastornos de la alimentación, ¿la responsabilidad es de los medios?

Culpar a los medios de comunicación y la imagen que se fomenta desde la televisión o las revistas es habitual. Son quienes primero caen en las críticas. Sin embargo, los medios de comunicación simplemente reproducen la cultura y esa cultura la formamos entre todos.

Tenemos que comenzar a comprender que la responsabilidad está dividida en toda la sociedad, y eso nos incluye. Los trastornos alimentarios son producto de múltiples factores que involucran las relaciones familiares y sociales y los mandatos culturales. Por ejemplo, no serían tan exitosas las políticas de mercado si no hubiese un consenso general para sustituir los vínculos familiares, para desplazar el orden jerárquico de la familia, para dejar de lado los protocolos y las normas éticas.

Una o un adolescente que crece en un ámbito familiar donde los roles están desdibujados, donde no hay contención ni orden, es posible que sea más vulnerable a ciertos mensajes que difunden los medios. Sin embargo, no podemos cargarlos de toda la responsabilidad ya que son también los medios de comunicación los que nos permiten tener una vía para la prevención.

Como mencionaba en el párrafo anterior, los medios son solo una parte articulada de toda la cultura que conformamos entre todos. Las revistas, en internet o en la televisión funcionan como una caja de resonancia de aquello que más rating produce: se siguen los mandatos e interés de la población.

Sí, es verdad, desde allí se pueden crear modas o tendencias. Sin embargo, están pueden ser rechazadas o aceptadas. Que triunfe un modelo es el resultado de la aceptación de ese modelo. Las revistas difunden la moda, pero las que compran las revistas hacen un acto voluntario en comprar eso. Lo cierto es que a pesar de que los medios están allí, fácil de ser atacados, toda nuestra cultura cambió. Hoy en día vemos un aplanamiento de la familia.

Y el problema es que quien no se capacita respondiendo una orden no es capaz de ordenar. Esta familia plana, desdibujada, sin ordenamiento, sin respeto, es pasto de todo tipo de trastornos. La parte que nos toca: la presión ejercida por los medios de comunicación, el grupo de pares y la misma familia muchas veces puede traer aparejados problemas. El culto al cuerpo flaco como sinónimo de éxito es perjudicial.

Por eso, lo importante es qué pensemos qué mensaje estamos transmitiendo desde casa para que los chicos o chicas sean vulnerables a estos mensajes. La anorexia o la bulimia son enfermedades que van más allá de la relación con la comida. Si tenemos una chica con emociones que suben y bajan, también hay que hacer algo por estabilizarla para que no termine con una conducta impulsiva. La estrategia no pasa por poner el acento sólo en la alimentación, en lo que las adolescentes comieron o dejaron de comer.

Cuando los padres asocian con sus hijas la comida a estas enfermedades, las chicas comen con culpa y eso puede ser el desencadenante de la conducta. Hay que tener en cuenta que jamás hay que decirle a una chica o un chico que con dos kilos menos se vería mejor, sobre todo pensando en que a esa edad están en pleno período de desarrollo.

Por Dra. Mabel Bello (Matrícula: 36.440.)

Directora Médica de ALUBA (www.aluba.org.ar) y ABINT (Centro de atención integral de Anorexia Nerviosa y Bulimia).

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo