Diagnóstico de cáncer: ¿Qué hacer?
Cuando a un niño se le diagnostica cáncer los padres experimentan sentimientos mezclados de enojo, miedo y tristeza.
Pueden sentir que es por culpa de ellos, que algo que hicieron o dejaron de hacer causó la enfermedad de su hijo. Esto no es verdad y hablar con el médico puede tranquilizarlos.
Una vez hecho el diagnóstico, los padres pueden y deben hacer tantas preguntas como necesiten sobre la enfermedad, su tratamiento y sobre los efectos colaterales. Tienen derecho a saber todo acerca de él y deben preguntar aquello que necesiten saber. Los padres deben mantenerse activamente involucrados en el cuidado integral de su hijo.
La información suministrada al niño, dependerá de su edad y de su capacidad de comprensión. El niño percibirá que algo anda mal por los síntomas o por todos los estudios a los que está sometido, aun cuando no se hable delante de él. Los niños que saben la verdad, suelen colaborar con el tratamiento.
El cáncer infantil involucra a toda la familia. Las pautas cotidianas de convivencia familiar se modifican. Los padres deberán pasar largos períodos lejos del hogar y de sus otros hijos. Los hermanos podrán sentirse dejados de lado y hasta culpables creyendo equivocadamente que algo que dijeron o le hicieron a su hermano causó el cáncer.
Extracto del libro “Cáncer infantil. Diagnóstico y tratamiento”, de Lic. Silvia Appel, Directora Ejecutiva de la Fundación Flexer (www.fundacionflexer.org).