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Por Carmen María Rondón y Anjuska Rondón.

Dama Flor. Carmen María Rondón y Anjuska Rondón, escritoras venezolanas. Cuento sobre flores y bosques.

Dama Flor

En un lugar del bosque vivía una muchacha joven y bonita como de unos dieciséis años llamada Silvia, pero mejor conocida por Dama Flor, porque amaba las flores más que a nada en el mundo.

Un día, ella estaba regando las flores de su casa cuando de pronto se apareció un anciano que le dijo.

-Dama Flor, tienes que cuidarte, el peligro se acerca así que tienes que estar preparada para su llegada. Dama flor con un poco de miedo pero valiente respondió:

-Estaré preparada.

Días después se aparece una pequeña niña como de siete años con frío y hambre en la puerta de su casa:

-Señora tengo mucha hambre tiene algo de comida que me regale.

-Claro que si pasa a la casa y siéntate.

Dama Flor se acordó que no debía confiar en nadie por el peligro que se acercaba, pero como era una pequeña niña no presto atención, la niña estaba en la sala esperando su comida, pero esa niña era nada más y nada menos que la bestia malvada del bosque y lo que quería eran las bellas flores de la casa de Dama Flor, ya que su belleza y aroma le daban al bosque su belleza y esplendor, ya que la malvada bestia se alegraba con ver todo destruido.

El rostro de la pequeña niña se transformo con una mirada malévola y una voz ronca salió de su boca. -Jajaja pronto todas estas flores serán mías, y el bosque quedara arruinado.

Dama flor ya tenía la comida lista y se la llevo a la niña:

-aquí tienes la comida, ¿cómo te llamas?

-Carolina. Me da mucha pena pedirte esto pero es que no tengo otra opción, yo no tengo donde dormir y quería saber si me puedo quedar aquí.

-Claro que si hoy te quedaras aquí. Pobre Dama flor no sabe lo que le espera, la bestia tenía un malvado plan, mientras dormía la joven, aprovecho para robarse las flores, pero a media noche Dama flor se levanto, a ver como dormía Carolina y se llevo la gran sorpresa que era la bestia malvada del bosque:

– ¿Así que eres la bestia del bosque no?

-¡Ah! Ya me descubriste, ya que estas aquí dile adiós a tus flores.

-No estés tan seguro. Y la bestia gritó:

-«Flores vengan a mí» las flores volaron hacia él por arte de magia… Pero paso algo que la bestia no se esperaba.

-Pero si estas flores son de plástico.

-Pues claro yo estaba preparada para el peligro y las protegí para que no les pasara nada a mis flores.

-Esto no se quedara así. – y se marcho desapareciendo en el aire.

Dama flor ya estaba tranquila porque pensaba que ya había pasado el peligro, estaba adentro en la sala de su casa mirando hacia la puerta que daba al sótano. -Menos mal que la bestia no supo que las flores estaban en el sótano.

Pero cuando ella dijo donde estaban las flores la bestia estaba detrás de la puerta escuchando todo lo que decía Dama Flor, luego la bestia entro en la casa, sonriendo burlón.

-Ya no tienes escapatoria Dama Flor sé donde están tus flores y me las llevare. Alzó sus brazos la puerta del sótano se abrió una fuerte brisa y luz intensa cegó a Dama Flor pero aun así vio cuando el malvado Noró, que era así como se llamaba la bestia salvaje del bosque, se llevaba todas sus hermosas flores, hasta que desapareció de nuevo en el aire.

-¡OH No mis flores! Y ahora que haré. La bestia se fue con las flores a su casa, quien no solo le quito las flores a ella si no al bosque, el cual había quedado sin aroma, sin belleza y triste.

Dama Flor lloraba desconsoladamente en el jardín donde antes estuvieran sus flores no sabía qué hacer, en ese instante aparecieron ante ellas unas luces hermosas de varios colores, parecía un arco iris, eran las hadas y los duendes que se encargaban de las flores del bosque, y le propusieron algo a Dama Flor.

-Ya sabemos que te robaron las flores de tu casa, y a nosotros nos robaron su belleza.

– Su frescura

-Su verdor

-Su esplendor

-¿Quiénes son ustedes?

-Nosotros somos las hadas y los duendes del bosque y venimos a ayudarte a quitarle las flores a la bestia y recuperar nuestro hermoso bosque.

-No entiendo… ¿el bosque está destruido?

-Claro Dama Flor, la magia que contienen tus flores, es lo que mantiene este bosque, nosotros somos los encargados que su verdor y belleza perduren, para que el hombre y los animales disfruten de la naturaleza y todo lo que ella ofrece, en ese momento una hermosa mujer se abrió paso entre la multitud de hadas y duendes.

-¿y tu quien eres?

-Soy la Madre Naturaleza… Yo fui quien le di la magia a tus flores, para que a través de ellas el bosque fuera más hermoso, yo vi tu amor incondicional, hacia ellas, quise premiarte por tu amor a las plantas.

-OH Dios, ahora soy responsable, de todo este desastre… yo deje que esa bestia horrible se las llevara. -No te sientas culpable, también somos guardianes y nos burlo.- dijo uno de los duendes avergonzado.

-Pero lo hallaremos y recuperaremos las flores.- dijo una valiente hada.

-Si… lo haremos, mañana mismo iremos a enfrentarlo. Dijo valiente Dama Flor.

Al día siguiente:

-¿Dama Flor estas lista?

-¡Claro que si amigos vamos a vencer a la bestia! Se dirigían a la cueva de la bestia, minutos después llegaron donde dijo Dama flor: -Bestia nos llevamos nuestras flores.

-¿Un momento quienes te acompañan?

-Pues las hadas y duendes del bosque, ellos también vienen a buscar sus flores.

– jajaja… No son de ellos y a ver cómo me derrotaran. – las flores, los árboles y todo lo que pertenezca a la naturaleza es de todos y todos debemos cuidarlos y protegerlo…

-Incluyendo el agua…

-Y los animales…- agregaron los duendes y hadas presentes.

-… y claro que podremos derrotarte.- enfatizó Dama Flor.

Hadas, duendes sus hechizos lanzaron polvos mágicos, los duendes alzaron sus varas, Dama Flor cerró sus ojos, respiró y dejó que su corazón se iluminara de su amor puro esa era su magia el amor por sus flores.

Las flores fueron saliendo de la cueva de Noró, éste no pudo con la fuerza del amor y bondad y quedó convertido en un viejo árbol de espinas. Dama flor quedó inconsciente.

Más tarde ya en su casa y con las flores en su jardín, los duendes y las hadas le dijeron a Dama flor:

-Eres muy valiente, gracias por ayudarnos a recuperar nuestras flores.

La madre Naturaleza también se encontraba con ellos.

-No tienen por qué agradecerme yo no hice nada, ustedes fueron los que lanzaron los hechizos.

– Pero para poder lanzar un hechizo así necesitábamos que estuviera una persona verdaderamente valiente y pura de Corazón.

– Si tu no hubieras estado ahí no hubiésemos hecho nada.

– Por ser tan valiente de ahora en adelante te llamaremos «La Valiente Dama Flor»… – agrego finalmente La Madre Naturaleza.- además de seguir siendo la guardiana de las flores, del bosque junto con los duende y hadas…

Desde ese día todos la conocían con ese nombre, ella nunca dejo de cuidar sus flores siempre las regaba, y cuidaba con todo el amor de su corazón y todos fueron muy felices.

Fin.

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