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Por Lourdes Torres.

Pumita y el agua del mar. El agua de mar y el conductor de la vida.

Pumita y el agua del mar

Había una vez un bonito Universo con sus intrigantes galaxias constituidas por sus luminosas estrellas y sus magníficos planetas. A Universo le encantaba crear continuamente, le fascinaba sentir toda una explosión de vida con su infinidad de formas y colores y por ello pensó en una nueva creación.

– Agua de mar- dijo Universo- te nombro conductor de la vida para un nuevo planeta al que llamaré la Tierra. De ti surgirá el primer ser vivo para que a partir de el mismo otros tantos más aparecerán, hasta que millones de seres habiten en tan hermoso planeta.

-Gracias Universo por tan noble misión- le respondió el agua de mar a Universo. Y desde aquel día una nueva aventura se viviría en el bonito Universo al que le fascinaba crear vida. Y de aquella aventura nacería nuestra amiga, ¿queréis que os la presente? Se llama Pumita, ella es una gotita de agua que surgió de la belleza del mar.

Pumita vive ahora en una nube, allá en lo alto en el cielo, y junto a ella se encuentran sus amigos Granizo Redondito y Gotita Fresquita.

Las gotitas de agua se preparan ahora para ir al Aula del Agua, ¿qué les enseñará hoy el profesor Nieve Helada?

Dejemos que las gotitas de agua nos lo muestren…

Pumita y el Agua de Mar

Érase una vez que había una simpática gotita de agua que se llamaba Pumita que junto a sus amigos, Granizo Redondito y Gotita Fresquita, vivían allá en el cielo en una bonita nube, donde el profesor Nieve Helada les enseñaba todo lo que unas gotas de agua debían saber.

Un nuevo amiguito se había unido a la clase de aquel día.

– Mis queridas gotas de agua, darles la bienvenida a Mineralín, él os va a acompañar de ahora en adelante en vuestras enseñanzas.

– ¡Hola Mineralín!- les saludaron todas las gotas de agua al conjunto.

– Hola gotitas de agua- respondió Mineralín muy alegre.

– Mineralín, tú no eres una gota de agua, ¿verdad?- preguntó una gotita de agua con timidez.

– No gotita- respondió Mineralín- yo constituyo todo un conjunto de minerales que son fundamentales para la vida.

– Entonces…¡eres SuperMineralín!- exclamó Granizo Redondito muy feliz, a lo cual, todas las gotitas de agua se contagiaron de la alegría y mucho ruido en la clase se formaría.

– Está bien gotitas- puso orden el profesor Nieve Helada- dejad que vuestro superhéroe vaya a su sitio- y con aquella indicación del profesor, Mineralín se situó en una de las sillitas del Aula del Agua, allá en lo alto en la bonita nube del cielo- la clase de hoy trata sobre el agua del mar- continuó explicando el profesor Nieve Helada- de ahí que Mineralín haya entrado a formar parte de la clase.

– Profesor, yo procedo del agua del mar, ¿verdad?- le preguntó Pumita.

– Sí, tu nombre completo es Espumita Blanquita, aunque todos te conocemos como Pumita, tu origen exacto es el mar.

– ¡Oh!, ¡el mar!- exclamó Granizo Redondito.

– Sí, Granizo Redondito, el mar es fascinante, está lleno de vida con multitud de seres que encuentran su propio paraíso sumergidos en nuestra esencia- continuó explicando el profesor Nieve Helada- pero este logro no es solo mérito nuestro gotitas de agua, pues Mineralín es muy importante para crear la magia de la vida. Agua y minerales constituimos un equipo sin igual.

– ¿Y qué pasa con los seres que viven fuera del mar?- preguntó Gotita Fresquita- hay multitud de animales, plantas y otros seres vivos como los humanos que viven en la tierra y ya no están sumergidos en el mar.

– ¿Eso crees?- le hizo reflexionar el profesor Nieve Helada- mis queridas gotitas, todos los seres vivos, ya estén en la tierra o sumergidos directamente en el mar necesitan del agua para vivir, pero además, el origen de todo, desde el primer ser vivo que una vez se originó, nació en el plasma marino y esa conexión existirá siempre. Los seres que viven en la Tierra se benefician en su salud y en su bienestar cuando se ponen en contacto con su origen, allá donde la vida tuvo lugar por primera vez, y es en el agua de mar.

– Ohhhhh…- exclamaron todas las gotitas de agua a la vez junto a Mineralín, que también se asombraba de lo maravilloso que era para la vida el agua de mar.

– Y ahora mis queridas gotitas de agua y Mineralín, os tengo una sorpresa- continuó diciendo el profesor Nieve Helada- ¡bajamos al mar!

– ¡Biennnn!- todas las gotitas de agua y Mineralín saltaban de la emoción, pero esta vez el profesor no les contuvo la alegría, pues él también se sentía muy feliz.

La bonita nube allá en lo alto del cielo se detuvo justo encima del mar, y a la indicación del profesor, todas las gotitas de agua fueron descendiendo, incluyendo a nuestros amigos Pumita, Granizo Redondito y Gotita Fresquita.

– ¿Yo también puedo ir?- preguntó Mineralín al profesor.

– Por supuesto Mineralín, tal como he indicado en la clase, tú tienes un papel fundamental en el agua de mar.

Y así fue como desde el Aula del Agua, unas gotitas de agua, junto a Mineralín, pasaron un día increíble en el mar. Visitaron a toda clase de seres vivos que habitaban en sus profundidades, corales, peces de todos los colores y simpáticos delfines se cruzaron en su camino y comprendieron que el Agua de Mar era un elixir maravilloso donde la magia de la vida daba origen a un sin fin de seres increíbles. Asimismo, descubrieron, que también para los seres que habitan en la tierra, tales como los humanos, el agua de mar los inunda de salud y bienestar, así que cada vez que vayas a la playa, recuerda las enseñanzas del profesor Nieve Helada…el agua que ves es mágica y aporta vida… así que ayudemos a Pumita y a las gotitas de agua para que vivan felices en un mar limpio y confortable para todos.

¡Hasta la próxima aventura!

Fin.

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