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Las hadas madrinas. Escritora de España. Cuento y video sobre los celos en la infancia y aprender a compartir.

Existen en el cielo ángeles, que esperan a que nazca un bebé para convertirse en hadas madrinas.

Cuando mamá esperaba su primer bebé llamaron enseguida a Martina. Sería la encargada de velar por Martí, de guiarle por el buen camino y ayudarle a ser feliz. Los dos primeros años fueron muy fáciles porque Martí tenía todo lo que podía desear. Pero en el tercer año, el ángel Adriana fue llamada para ser hada madrina y velar por el pequeño Adrià.

–          ¡Qué alegría verte, querida hermanita! – dijo Adriana

–          Las dos, juntas, velaremos por Martí y Adrià. –respondió Martina

Pero las hadas era todavía novatas y no sabían que los niños a veces tiene celos. Así que las hadas se pasaban todo el día volando para que el uno tuviera lo que tenía el otro.

–          ¡No me da tiempo, no me da tiempo! ¿Alguien me puede prestar un molinillo para hacerle feliz?- dijo desesperada el hada Martina.

–          ¡Qué despistada he sido! No pensé que Adrià fuera a querer también una cometa…-dijo poco después, desesperada también,  el hada Adriana.

Los hermanitos pasaban muchas horas enfadados porque las hadas no siempre llegaban a tiempo de conseguir que sus deseos se hicieran realidad.

Cansadas de tanto volar, un día decidieron subir al cielo para pedir consejo a su hermana mayor.

–          Es extraño que la varita mágica no sirva con estos niños… -les respondió la hermana mayor.

–          ¿Varita mágica? ¡¡¡Ahhhhh… la varita mágica, se nos olvidó!!!! – exclamaron las dos pequeñas hadas.

Las dos había tenido tanta prisa por ser hadas que se las habían dejado olvidadas en las nubes.

Así que desde entonces, las dos hadas dejan que Martí y Adrià se peleen un poquito porque tienen que aprender, por si mismos, a compartir. Pero si no lo consiguen, les dan un toque con su varita y , como por arte de magia ,comparten sus juguetes y son felices. Así que las hadas madrinas pasan los días ayudándoles a que aprendan a compartir.

Su madre les mira satisfecha al verles pasar tan rápidamente de la pelea al juego,  porque sabe que no es hasta que los niños crecen que no aprenden a saber compartir. Y es entonces cuando las dos hadas son llamadas a regresar al cielo porque ya han cumplido su cometido.

Y para no olvidarse nunca más de la varita, desde entonces la llevan siempre en su mano.

Fin


DEDICATORIA

‘Las Hadas Madrinas’ es un cuento de Oyakudachi sobre cómo los niños, a medida que se hacen mayores, aprenden a compartir en lugar de pelear por las mismas cosas. Tiene su secreto, no crean ustedes…

Este cuento está inspirado en Liana que vela por los niños desde Encuentos y su hermana gemela; en Martí y Adrià, dos pequeñajos a quienes quiero mucho, en sus papás Emi e Ignasi -dos de nuestros mejores amigos- que cada día se sienten más orgullosos de ver cómo sus hijos van aprendiendo a ser capaces, de un instante para otro, en un plis y plas, de pasar del llanto al gozo, de dejar la enzarzada pelea por el juego divertido…y en nuestra querida amiga en común, Teisa, que siempre sabe dar buenos consejos.


Está dedicado a los niños que cada día se esfuerzan en vencer los celos y aprender a compartir (tarea difícil, de veras), a los protagonistas del cuento y a Pau, Marc y Júlia que comparten juegos con Martí y Adrià «divinamente».

Cuento y video sobre los celos en la infancia y aprender a compartir.

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