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Cuentos infantiles de gigantes. El bosque de gigantes.

El bosque de gigantes es uno de los cuentos infantiles de gigantes de los escritores Aaron y Brayann Farfan. Cuento para niños a partir de ocho años.

Aconteció que yo, John, nací de buenos padres, a los alrededores de un lago salado en Utha Estados Unidos.

En el verano antes de que empezaran las clases, nos habíamos mudado para California, debido al trabajo de mi papá. Él trabajaba para el gobierno y casi toda mi vida habíamos estado viajando a distintos estados. Mamá era abogada pero había dejado de ejercer su profesión por atender a mi hermano Joaquín de dos meses de nacido. Tengo un hermano mayor, quien se dedicó a seguir los pasos de mi madre,

El quería ser un abogado y se encontraba estudiando en Miami. Conozco casi todo mi país aun siendo muy joven y la verdad nunca creí que conocer todo el país sería tan aburrido, pero lo era y estaba muy seguro que lo mismo iba a pasar en California, sin amigos sin conocer a nadie.

Emprendimos otra vez el viaje con rumbo de lo que sería mi estadía en California.

Miré a mí alrededor y no encontré nada….era el sonar del viento que golpeaba mi ventana, mientras de mi rostro caían gotas grandes de sudor.

Pasos firmes subían las escaleras y gritando se escuchaba un quejido “John es hora de levantarse” Era mamá despertándome para ir a la escuela. Sin dudarlo dos veces, de un brinco estaba al costado de mi cama listo para el día de escuela.

“Nunca creí que estar en California causara tanto sudor” era el susurrar de mamá, Yo dejando los platos en la cocina, decidí ir para mi primer día de clases. Parado en la estación donde pasaría el ómnibus que me llevaría a la escuela, se me acercó una joven, más o menos de mi edad que me decía…”¿Eres nuevo en el vecindario verdad? Mi nombre es Fernanda, estudio en la misma escuela que tú, estaría bien si nos sentamos juntos en ómnibuo”.

Sorprendido y un poco asustado, acentué con mi cabeza afirmando que estaba de acuerdo.

-¿De dónde vienes? Me preguntó muy interesada en conocer mi vida Eso para mí era raro ya que en todos los estados que había vivido nadie se me acercó para tratar de conocerme ni muchos menos saber de mí.

No muy atento a sus palabras decidí no prestarle atención y ponerme los auriculares a escuchar mi música favorita. Al bajar del ómnibus me percaté que aquella muchacha me seguía, asustado me dirigí a mi salón. Por un momento pensé que la había perdido, pero no ahí estaba cruzando la puerta del salón de clases, mientras me agarraba la cabeza con la resignación que tenía que aguantar a esa muchacha aun en el salón de clases.

“Hoy al terminar el primer día de clases se reunirán de dos y harán un proyecto que consiste en conocerse el uno al otro” Era el cantar de la maestra con esa sonrisa enorme que reflejaba. “Y yo me encargaré de juntar a las parejas…..y la primera está conformada por…..Fernanda y….” Agachando la cabeza y orando para que no sea yo el que le tocara con esa muchacha….escuché de la sonrisa grande de la maestra decir “John” -acercándose hacia mí me decía…

”Escuchaste, tú y yo estaremos en el mismo grupo…” con una sonrisa falsa le decía: “¡Sí que emoción!”

No tenía ni un mes de estar en California, tenía que soportar el calor del tiempo, y a esa muchacha tan fastidiosa haciéndome preguntas que no quería que me hiciera, Me invitaba a su casa yo a la mía y mientras pasaban los días me iba dando cuenta que la presencia de Fernanda no era tan mala, -¿Alguna vez desde que estás aquí, has ido a ver a los gigantes del bosque?-Me preguntó Fernanda.

-¿Qué son los gigantes del bosque?-refuté

-¿Nunca has escuchado la leyenda de los gigantes del bosque?

-Nunca escuché de eso -dije muy emocionado esperando que ella me dijera más acerca de esos gigantes del bosque.

Inmediatamente, ella vio mi interés y me dijo:

-Es una leyenda entre los jóvenes de aquí, dicen que cuando entras a ese bosque no puedes salir de ahí y los gigantes empiezan a salir y tratan de robar tu corazón para llevárselo a su reina. Este bosque está a unos diez minutos.

-Llévame ahí -le dije golpeando la mesa. He esperado esta oportunidad de hacer algo muy grandioso en toda mi vida desde que empezamos a viajar por el trabajo de papá, es por eso que quiero que me lleves ahí. Ella dijo:

-No es fácil, las leyendas cuentan que nadie puede salir de ahí ¿Sabiendo eso aun así quieres ir?

Agarrando mi mochila y de la mano a ella dije

-¡Vamos!

Ni bien entramos a ese bosque, se aparecieron tres gigantes que parecían árboles enormes de los cuales nunca en mi vida he visto, pero lo eran. Uno de ellos nos habló diciendo:

-No saben que entrar aquí es un paso a la tumba.
Asustados corrimos, pero fue en vano, ellos nos alcanzaron, nos agarraron y comenzaron a hablar entre ellos. No escuchamos lo que decían pero lo que si yo estaba seguro es que no nos harían nada ya que si lo hubieran pensado al menos, ya lo hubieran hecho, así que yo estaba tranquilo. Cuando ellos terminaron de hablar, se acercaron a nosotros diciendo:

-Nosotros no los mataremos, pero ustedes nos ayudarán a recuperar a nuestras familias y amigos- Y comenzaron a contarnos la historia de cómo su pueblo fue encarcelado, Fernanda y yo dudamos un poco en ayudarlos y nos preguntábamos.
¿Qué pasa si morimos en el intento, que sucedería si no regresamos con nuestras familias?

Era inevitable todo ya que si no les ayudábamos igual nos matarían. Por fin decidimos y emprendimos el viaje hacia la batalla, pero no fuimos solos los gigantes del bosques llamaron a otros que estaban escondidos.

El plan era que nosotros debíamos entrar, conseguir las llaves y rescatar a los que estaban dentro del palacio, mientras ellos luchaban contra los soldados de la reina malvada que tenía a sus familias y amigos. ¿Por qué ellos solicitaron nuestra ayuda?

Era porque ellos tenían una magia que detectaba su presencia y la de humanos no, es por eso que nos querían. Uno de los gigantes nos ayudó a acercarnos al palacio y pudimos entrar mientras a él lo agarraron y comenzaron a pegarle, mientras caminábamos Fernanda comenzó a escuchar unos sonidos raros.

Era la reina que caminaba por los pasillos del palacio, rápidamente nos escondimos en una habitación donde habían serpientes, Fernanda comenzó a gritar pidiendo ayuda mientras las serpientes se la llevaban, quedé solo sin saber qué hacer. Pasaron unos cinco minutos y recordé lo que una vez mi padre me dijo: LOS VALIENTES NO SE MIDEN CON EL NUMERO DE PERSONAS A LAS QUE SALVA SINO A LA PERSONA A QUIEN SALVA. Eso me llegó a mi mente, y decidí ir en busca de Fernanda ya que ella se había ganado un lugar en mi corazón.

Sin dudarlo más, agarré una espada y comencé a cortar las cabezas de cada serpiente q tenía al frente de mí para rescatar a Fernanda. Terminamos llenos de sangre los dos pero había rescatado a mi amiga y eso me ayudó a ser muy feliz y a ella también.

Corrimos juntos hacia las jaulas donde estaban encerrados los demás gigantes y comenzamos a sacar a uno por uno mientras nos agradecían por lo que hacíamos.

Agarré la espada la misma que había matado a las serpientes y comencé a luchar junto a los gigantes contra los soldados de la reina…”Ten cuidado” Escuché, mientras volteaba y era Fernanda quien me lo decía, ni bien terminó de decirme yo le respondí: “No moriré hasta llevarte de regreso a casa”

En mi intento por rescatar a un gigante fui herido en la pierna, sangraba mucho, creía que me iba a morir, solo escuchaba el sonar de las espadas, mientras me iba desmayando. Al despertar estaba en una cueva y a mi frente estaba Fernanda llorando desconsoladamente, sin fuerzas le dije:

-¿Por qué lloras?

– Hemos perdido la batalla -contesto:

-No, la hemos ganado. Los gigantes ganaron pero la reina y su fiel siervo huyeron maldiciendo y jurando vengarse por lo que habíamos hecho, lloré porque pensé que mi amigo iba a morir, pero ahora que has despertado estoy feliz.

Con una sonrisa en el rostro le dije: “Ahora de regreso a casa”

Ni bien me recuperé de mi lesión en la pierna regresamos al mismo lugar de donde por primera vez. Entramos al bosque y vimos a esos gigantes, pero antes de irnos un gigante nos regaló una roca y nos dijo que si queríamos volver a su pueblo solo teníamos que tocarla los dos juntos y que apareceríamos en aquel lugar.

En el trayecto a casa prometimos que no diríamos a nadie de las cosas que habíamos vivido y que solo nosotros regresaríamos y que iba ser un lugar en el cual nos llenaría de gozo ir otra vez.

Fin

El bosque de gigantes es uno de los cuentos infantiles de gigantes de los escritores Aaron y Brayann Farfan. Cuento para niños a partir de ocho años.

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