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Jerry la ardilla

Jerry la ardilla. Juan Carlos Santiesteban, escritor. Cuento infantil sobre animales.

Era una linda mañana de primavera cuando Leila se levantó de su cama y fue al baño a tomar una ducha. Cuando regreso a su habitación para vestirse escucho una voz que le dijo “buenos días, linda niña”. Leila giró su cabeza para ver quién le hablaba, pero estaba sola. Bajó a la cocina para desayunar.

“Buenos días mami” dijo ella y su mami le respondió: “Buenos días, hijita”. Leila se sentó a la mesa a desayunar junto a sus padres y Zeinab, su hermanita. Cuando terminaron de desayunar su papá le dijo, “Leila ya es hora de ir al colegio”. Leila cogió su mochila y salió junto a su papá a tomar el bus del colegio. Mientras caminaba hacia la parada del bus escuchó la misma voz de su habitación que le decía: “hasta luego Leila, que tengas un bonito día en la escuela hoy”.

Leila miró y nuevamente se dio cuenta que no había nadie cerca a ella solamente su papá, pero ésa no era su voz. Una vez en el colegio, Leila se encontró con sus amiguitos. Pintaron, leyeron unos cuentos y luego escribieron unas líneas que su profesora copió en la pizarra para que los niños practiquen ese día. Cuando terminó el día de escuela todos los niños cogieron el bus para regresar a casa. “hola mami, hola papi”, dijo Leila.

” Hola hijita”, respondieron sus padres. “ve y lávate las manos para que almorcemos”. “si mami”, respondió ella. La familia se sentó a almorzar y cuando terminaron Leila dijo “ mami, ahora hare mi tarea y luego juego un rato con mi hermanita si?”. “si, Leila”, respondió su mama. Leila fue a su habitación para hacer su tarea y cuando entro encontró en su ventana una ardilla que le dijo: “hola Leilita. ¿Cómo te fue en el colegio hoy?”.

Leila miró a la ardilla sorprendida y le dijo “tú puedes hablar”. “si, igual que tu” respondió la ardilla. ¿Y cómo puedo escucharte?, preguntó Leila. “tu puedes escucharme porque eres una niña muy buena que obedece a sus papis y además tratas bien a los animalitos como yo” le dijo la ardilla. Y ¿cómo te llamas? Mi nombre es Jerry. ¿Y dónde vives? Pregunto Leila. “Yo vivo en ese árbol que esta frente a tu ventana. Vivo con mi esposa y mis bebes. ¿Cuántos bebes tienes? Tengo 3 ardillitas bebe. ¿Y pueden venir a mi cuarto contigo? “aún no pues son demasiado pequeñas. Pero si eres paciente en algunos días ya los traeré a visitarte.

” Cuéntame sobre las ardillas, por favor” le pidió Leila a Jerry. “Bueno, somos animales mamíferos y nuestro cuerpo esta cubierto de pelo. Vivimos en los arboles y nos gusta comer nueces y algunas otras semillas”. “¿Qué son animales mamíferos?” Preguntó Leila. “Mamíferos son todos los seres que cuando son bebés sus madres los alimentan con leche” respondió Jerry. “Entonces, ¿mi hermanita y yo también somos mamíferos?” Preguntó la niña. “Así es, ustedes también son mamíferos” le respondió la ardilla.

“Tengo que jugar con mi hermanita, ¿la puedo traer para que te conozca?” “Por supuesto que si, es más, si deseas podemos jugar los tres un momento”.” Si” Respondió Leila y salió a buscar a su hermanita, Zeinab. Cuando Leila entró nuevamente a su habitación acompañada de Zeinab, Jerry bajó de la ventana y lentamente se acercó a los pies de Zeinab. Caminó rodeándola con su hermosa y peluda cola y luego muy despacio empezó a subir por el cuerpo del bebé hasta que se sentó en su hombro y empezó a hacerle cariño con sus patitas. La hermanita de Leila empezó a reír de las cosquillas que sentía por las patas de Jerry.

Luego de jugar un buen rato con las niñas, Jerry les dijo: “ya es algo tarde y tengo que irme a casa” nos vemos mañana niñas ¿si?” Leila le preguntó: “¿puedes venir al colegio conmigo mañana?”. “Me gustaría mucho, y para que no me vean me esconderé en tu mochila y luego en tu descanso salgo para jugar contigo y tus amiguitos, quieres?” si! Respondió Leila. Al día siguiente Jerry estaba otra vez en la ventana de Leila, listo para ir con ella al colegio.

Luego de desayunar y despedirse de su mami se dirigió a la parada del bus. Una vez en el colegio los niños hicieron todos sus deberes y en la hora del descanso Leila llamó a sus amiguitos y les pidió que se sienten en el jardín con ella pues tenía algo que mostrarles. Los niños hicieron lo que Leila les pidió y una vez sentados ella abrió su mochila y lentamente un par de diminutas orejas aparecieron, luego de las orejas un par de ojos curiosos que miraban en todas las direcciones.

Los niños asombrados le preguntaron a Leila “¿qué es eso? “ “Una ardilla y es mi amiga. Se llama Jerry” respondió Leila. Jerry salió completamente de la mochila de Leila y corrió hacia ella, empezó a trepar por su pierna y luego su espalda para sentarse en su hombro. Desde ahí dijo “hola niños” y los niños asombrados respondieron “puede hablar!” “si, al igual que Leilita y ustedes. ¿Quieren saber por qué?” “Si” Respondieron los niños. “Bien, ¿les dices tu Leilita? Por favor”.

Leila empezó a explicarle a sus amiguitos cómo era que ellos podían escuchar y entender a Jerry la ardilla, les dio la misma explicación que Jerry le dio a ella el día que se conocieron. Al regresar de la escuela ese día y después de almorzar y hacer sus tareas Leila y Zeinab salieron al jardín. Ahí las esperaba Jerry sentado en una rama del árbol donde vivía. “Hola niñas” dijo y ellas respondieron “hola Jerry”. “¿saben? Hoy tengo una sorpresa para ustedes.

Siéntense y cierren sus ojos, ¿si?”. Las niñas obedecieron a Jerry y luego de un momento el les dice “esta bien, ahora pueden abrir sus ojos”. Cuando las niñas los abrieron se maravillaron al ver a tres pequeñas ardillas que sentadas al lado de Jerry les dijeron “hola niñas”. “estos son mis bebés y ahora ya pueden jugar con nosotros”. Las ardillitas y Jerry bajaron del árbol y empezaron a jugar con las niñas. Desde la cocina donde estaba la mami de Leila ella podía escuchar la risa de sus hijas y también oía que hablaban con alguien pero solamente las veía a ellas y no había más niños.

Cuando las niñas regresaron a la casa, su mamá les preguntó: “¿con quién jugaban?” Y Leila le respondió “con unos amiguitos, mami”. “Qué extraño, yo solamente las veía a ustedes dos. Y ¿cómo se llaman sus amiguitos?” ”Jerry y sus hijitos, son unas ardillas” dijo la niña. “Y ¿ustedes hablan con las ardillas?” “Si, y ellas también hablan con nosotras”. “Bueno, dijo la madre, ahora a lavarse que ya es hora de ir a la cama”. Leila y su hermanita fueron a hacer lo que su mami les había pedido y luego fueron a su habitación.

Una vez ahí, Jerry les toca la ventana para que lo dejen entrar un momento. “Hola niñas, solamente vinimos para desearles buenas noches y decirles que nos gusto mucho jugar con ustedes hoy”. En ese momento se abre la puerta de la habitación. Era la mamá de Leila quien al ver a las ardillas en la habitación de las niñas se asustó un poco. “¡Mami!” Dijeron las niñas. “hola mami” dijeron también las ardillas. “son ardillas y pueden hablar” dijo la mamá sorprendida. “si, al igual que tu. Leilita, por favor ¿le explicas a tu mami?” dijo Jerry.

Entonces Leila dijo “mami, tu escuchas a las ardillas porque eres una niña muy buena que obedece a sus papis y además tratas bien a los animalitos como Jerry”. “Si, Leilita -dijo Jerry- sólo que tu mami ya no es una niña”. En ese momento nuevamente se abre la puerta de la habitación. Esta vez era el papá de las niñas quien entró y Leila, Zeinab y las ardillas al mismo tiempo dicen “hola papi”.

Después de explicarle a su papá el por qué y cómo podían conversar con las ardillas, Leila y Zeinab fueron a dormir. Al día siguiente era sábado así que las niñas podían dormir algo más. Leila fue a la habitación de sus padres y les preguntó “¿mami, papi, podemos desayunar con Jerry y su familia hoy?”. “Está bien” respondió su papa. La niña fue al árbol de Jerry y le hizo la invitación. Una vez en la mesa la familia completa desayunaba leche y pancakes mientras que a las ardillas les sirvieron un plato de deliciosas nueces. Mañana iremos al zoológico, ¿quisieran venir con nosotros? Preguntó el papa a Jerry. ¡Encantados! Respondió Jerry.

Al día siguiente, las niñas, sus papás y la familia de ardillas estaban en el auto camino al zoológico. Una vez ahí, el papá baja del auto el coche de Zeinab para que no tenga que caminar tanto ya que ella recién tenía un año y a pesar que ya caminaba era mejor para ellos llevarla en su coche. Las ardillitas, Jerry y su esposa se acomodaron con Zeinab en el coche. La primera parada fue donde las nutrias. “hola amigas”, dijo Jerry.

Estas lindas niñas se llaman Leila y Zeinab y han venido visitar a los animales del zoológico hoy. “hola” dijeron las nutrias, nosotras somos las nutrias y vivimos en la tierra y en el agua. “¿y ustedes son mamíferos también?” preguntó Leila. “si, pero cuando somos adultas nos alimentamos de peces” le respondió la nutria. Luego pasaron a ver a los leones. “hola, señor león. Yo me llamo Leila y ella es mi hermanita y ellos son mis papás y mis amiguitos las ardillas. Hola a todos, dijo el león.

Nosotros somos los leones y venimos de África. Somos mamíferos pero cuando somos adultos nos alimentamos de carne. Acá en el zoológico nos alimentan pero cuando estamos en libertad nosotros tenemos que buscar nuestra propia comida. ¡Mira papi, camellos! Dijo Leila. Hola señora camello, que bonito su bebé. Gracias, respondió la camello, tu también eres una niña muy bonita y tu hermanita también lo es. ¿Quieres que te de un paseo un momento? Pregunto ella. Si! Respondió Leila y subió al lomo de la camello para pasear por un el lugar donde habitaba. Mientras tanto Zeinab desde su coche y sus papás miraban como Leila disfrutaba el paseo. Luego de los camellos caminaron hasta que Zeinab miró algo que llamó mucho su atención.

Eran unos pingüinos que estaban nadando y otros que se alimentaban con unos peces que los cuidadores les arrojaban. La familia y las ardillas se acercaron a mirar. Zeinab dijo ¡bebé! Mirando a un pichón de pingüino que hace pocos días había salido de su huevo. La mamá pingüino se acercó a las niñas y les dijo “hola lindas niñas” yo soy una pingüino y éste es mi bebe. Venimos de la Antártida y allá hace mucho frio, pero a nosotros no nos molesta al contrario, nos gusta. Entonces Leila preguntó ¿y ustedes también son mamíferos? No, respondió el pingüino.

Nosotros somos aves y las aves no nos alimentamos de leche como los mamíferos, algunas aves comen semillas o gusanos y otras como nosotros comemos peces. En la Antártida donde vivimos las mamás ponemos un huevo y se lo damos al papá para nosotras ir a buscar comida, luego regresamos cuando nuestro bebé ya salió del huevo y lo cuidamos mientras el papá sale a buscar el alimento. Acá en el zoológico los cuidadores nos alimentas por eso cuidamos e nuestro huevo siempre. ¿Y cómo hace frio ahí dentro si acá fuera hace calor? Pregunto Leila. Es que los humanos tienen unas máquinas que hacen que la temperatura aquí dentro sea fría. Es como un refrigerador entonces! Dijo Leila. Algo así, pero más grande. Eres una niña muy inteligente, dijo la mamá pingüino.

Después de un par de horas y casi al final del paseo Zeinab bajo de su coche y caminando se acercó a unas rejas desde donde un bebé panda le llamaba para jugar. Ella introdujo su manito por la reja y el bebé panda la acariciaba. Luego se acercó la mama panda y dijo “¡qué bonita amiguita tienes hijito!” y le hizo una caricia al bebé en su cabeza.

Así el bebé panda y Zeinab estuvieron jugando con sus manos y los papás de ambos bebés admiraban lo bien que sus hijos se entendían. Hola niñas dijo la mamá panda. Nosotros somos osos y también somos mamíferos y de adultos nos alimentamos de bambú. ¿Qué es eso? Preguntó Leila. Son unas ramas con hojas que nos sirven de comida, respondió la mama oso.

Una cuidadora que pasaba por ahí vio como los bebés jugaban y les tomo una foto, luego fue a su oficina y regresó a la jaula de los panda con un hermoso oso de peluche y se lo regaló a Zeinab y a Leila le preguntó ¿Qué animal te gusto a ti mas? El camello, respondió ella. Entonces te regalaré un camello de peluche a ti. Una vez en casa, la familia entera se sentó en el jardín a disfrutar del sol y a conversar sobre lo bonito que habían pasado el día. Zeinab sentada en el césped jugaba con su oso panda de peluche mientras Leila jugaba con su camello y Jerry y su familia corrían alrededor de las niñas.

¿Qué aprendiste hoy Leila? Pregunto la mama. Muchas cosas mami, los mamíferos se alimentan de leche, Zeinab y yo somos mamíferos, las aves se alimentan de semillas y algunas de peces así como las nutrias y los leones que vienen de África comen carne cuando son adultos. ¿Y tu Zeinab, te gustaron los animalitos? Pregunto la mama y ella respondió “oso, mami”. Desde ese día en el cual Leila descubrió que podía escuchar y entender a los animalitos, su familia y la de Jerry la ardilla empezaron a compartir momentos muy divertidos y llenos de alegría.

Zeinab empezó a ir al colegio y a hablar más y sus papis y toda la familia comparten los momentos de felicidad que les dan las niñas.

 
Fin
Para mis sobrinas Leila y Zeinab quienes son mi inspiración. Su tío que las adora.

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