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Ojos sin color es uno de los cuentos cortos sobre la muerte de la colección cuentos infantiles de la escritora Viviana Vélez sugerido para adolescentes, jóvenes y adultos.

Era una noche oscura, llovía intensamente en las calles de la gran ciudad, la gente corría para resguardarse de la tormenta. Los paraguas, pilotos y botas protagonistas de la brava lluvia. Un hombre con semblante cabizbajo caminaba lentamente junto a su perro marrón, grande y medio rengo siguiendo el paso del andar de su compañero de vida.

Sin prisa y como rutina diaria la marcha no reparaba en la lluvia fría que repiqueteaba en sus cuerpos sólo recubiertos por ropas y pelos; sin paraguas, bolsas o cartones que se improvisan como reparo ante el agua. Los truenos y relámpagos aumentaban tras el tiempo su intensidad y entenebrecían el cierre del día, junto a luces titilantes en aquel cielo ciudad brillaban de nostalgia como estrellas fugaces.

De pronto el hombre junto al perro detuvieron su andar, el semáforo daba paso a los autos en un denso tráfico, circulaban sin cesar. Cuando cambio la luz y permitió el avance a los peatones, el hombre detuvo su mirada en un auto negro con adornos florales en su parte de atrás y en el que detrás llevaba un cajón de una persona fallecida.

Coches fúnebres se llevaban la mirada de aquel hombre que alzó su mano e hizo señas para alentar el avance de esa carroza fúnebre. Sin importarle el semáforo los autos procedieron a seguir adelante seguidos por una larga fila de otros autos. Los ojos de ese hombre se llenaron de lágrimas.

Y pronunció: – Avancen, la muerte no pide permiso, se presenta…y se acepta. Bajó su cabeza y acarició a su perro, el que como entendiendo aquella frase gimió y se acercó aún más a su compañero.

Pasaba por allí una jovencita que vio aquella escena y escuchó sus palabras, sus ojos llenos de incontrolables lágrimas brotaban y abrazó al niño que la acompañaba. La carroza terminó de pasar por la calle, el hombre con su perro, la jovencita con el niño y todas las demás personas que esperaban en esa esquina continuaron su camino.

La tormenta dibujó con sus matices de tristeza, melancolía, recuerdos, pesares, reflexión y añoranzas aquella noche. El hombre refugiado con su perro debajo de un techo en el rincón de un local comercial cerrado fue su cuarto para descansar, recostado al abrigo de papeles de diarios, cartones que encontró en la vereda y el calor mutuo aguardaron el nacimiento de otro día.

Aquella jovencita con el niño se perdieron en el laberinto de calles, luces y lluvia. Poco a poco fue cesando la tormenta, la lluvia cada vez más lenta hasta desaparecer en el silencio, aquel que se llevaba la noche con toda la tristeza en los pensamientos.

Nacía un amanecer, otra nueva oportunidad de vida y aquellos ojos…verdes de ese hombre tenían un brillo especial cuando miró hacia el sol.

Fin

Todos los derechos reservados por Viviana Vélez

Ojos sin color es uno de los cuentos cortos sobre la muerte de la colección cuentos infantiles de la escritora Viviana Vélez sugerido para adolescentes, jóvenes y adultos.

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