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Las preguntas de Aura. Dolores Espinosa, escritora española. Cuento sobre una niña curiosa.

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Aura es muy curiosa, por eso siempre anda haciendo preguntas. Muchas preguntas.

Aura mira, observa, examina, curiosea y pregunta. Aura se prepara para dormir, se acuesta en su cama y se pone a pensar sobre lo mucho que ha crecido.

Entonces frunce el ceño, mira hacia el cabecero, mira hacia los pies y pregunta a su madre:

-Mami, cuando crecemos… ¿lo hacemos desde la cabeza o desde los pies? Porque si crecemos por los pies, igual acaban por salirse de la cama pero si crecemos por la cabeza, lo mismo acabo dándome un golpe con el cabecero…

Y su mamá, claro, no sabe qué responder.

Aura es curiosona y preguntona. Aura todo lo quiere saber. Aura mira, observa, examina, curiosea y pregunta.

Aura, asomada al balcón, ve un gato negro pasar y a don Pablo cambiar de acera por no cruzarse con él. Aura ha oído decir que los gatos negros dan mala suerte aunque no entiende por qué.

Entonces frunce el ceño, mira al gato negro, mira a don Pablo, vuelve a mirar al minino y sin girarse pregunta a su mamá:

-Dime, mami, ¿si a un gato negro lo pintáramos de blanco, seguiría dando mala suerte?

Y su mamá, desconcertada, no sabe qué contestar. Aura es inquisitiva e intenta comprender como funcionan las cosas.

Aura mira, observa, examina, curiosea y pregunta.

Es domingo por la tarde y Aura juega con su papá. Le está haciendo cosquillas, muchas cosquillas.

Aura ríe y ríe, no para de reír. Aura se retuerce de risa, casi no puede respirar. Cuando su papá, cansado, decide parar, Aura se queda muy, muy pensativa.

Frunce el ceño, mira sus manos, mira a su papá, vuelve a mirar a sus manos y, de pronto, le pregunta:

-Oye, papá, ¿tú sabes por qué no podemos hacernos cosquillas a nosotros mismos?

Y su papá, perplejo, no sabe qué responder.

Aura es indagadora. Todo lo intenta entender. Aura mira, observa, examina, curiosea y pregunta.

Una mañana, en el desayuno, Aura pide tostadas. Cuando su mamá las pone en la mesa, Aura toma una y la mira con detenimiento, por delante, por detrás, de lejos, de cerca, del derecho y del revés.

Luego frunce el ceño, mira a la tostada, mira a la tostadora, vuelve a mirar a la tostada y, dándole un gran mordisco, dice a su mamá:

-Lo que yo no entiendo, mami, es por qué hay que tostar las tostadas…

Y su mamá, sorprendida, no sabe qué comentar.

Aura es buscadora, investigadora, casi demasiado preguntona. Aura mira, observa, examina, curiosea y pregunta.

Esta tarde, Aura se ríe mucho viendo en la tele una momia torpona y tontorrona.

Aura ríe y ríe con las locuras de la momia. De pronto, se calla, frunce el ceño, mira a la momia, mira a su papá, vuelve a mirar a la momia y, finalmente, girándose hacia su papá, pregunta…

-Oye, papi, y las momias… ¿cómo hacen pis con todas esas vendas que llevan encima?

Su papá, pasmado, no sabe qué replicar.

Aura es curiosa, observadora y preguntona. Aura todo lo quiere saber. Aura es imaginativa y soñadora.

Aura todo lo quiere absorber. Aura mira, observa, examina, curiosea y pregunta, pregunta, pregunta…

Fin

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