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Grillitos cric…cric…cric… es uno de los cuentos de grillos de la colección cuentos infantiles de insectos de la escritora Viviana Vélez sugerido para niños a partir de siete años.

Llegaron tres grillitos saltando baldosas, esquivando zapatillas entre la gente, encontraron un lugar lleno de luces y colores, pisos brillantes y muchos sonidos: rueditas que iban y volvían, música, risas, conversaciones, tipo. Tip! Tip! Que se repetían, botellas que se chocan, bolsitas, bidù! Bidù si! Alarmas y tantos olorcitos diferentes que se dispersaban por todos los rincones de ese gran lugar de colores.

Un mundo para elegir con qué divertirse.

– ¡Qué lugar más bonito! ¡me encanta! Dijo Tami, uno de los grillitos con cara de admiración.

– Es un Supermercado, añadió Leny el grillo de mayor edad.

– Aquí vamos a estar a resguardo del frio y la lluvia, y para comer nada nos faltará.

– ¡Qué cálido lugar! ¡Sí! ¿Podemos quedarnos aquí para pasar la noche? ¿Qué les parece? Preguntó Sele el grillo menor.

Al unísono respondieron Tami y Leny: ¡Si!

El plan era genial, hacía tanto frío allá afuera y ahí estaba tan perfecto. Pronto llegaría la noche y ellos se deleitarían con su orquesta y la melodía nocturna se apoderaría del lugar. Esa tarde los tres grillitos recorrieron todo el supermercado, las distintas y variadas góndolas, esquivando carritos como también las pisadas de las personas y algunas cajas que de pronto los repositores depositaban sin previo aviso en el suelo.

Era para ellos una gran aventura de saltos y risas. Así transcurrieron las horas, poco a poco el lugar quedó con algunas personas, lo raro era que las luces no empezaban a apagarse…y aunque los grillitos miraban por las puertas de entrada y salida del supermercado verificando que la noche estaba en su plena luna, algo raro sucedía allí.

-Es que ¿no apagan las luces en este sitio? Replicó algo de mal humor Tami

-Parece que ¡no! Fíjate como no se detienen las personas, trabajan mucho y llegan otras para seguir acomodando mercadería, limpiar y ordenar todo aquí. Contestó Leny.

-Ay! Yo necesito la oscuridad para mi ¡cric! ¡Cric! ¡Cric! Para inspirarme. La melodía cricriana brota en el silencio y la oscuridad, es la dulce compañía nocturna, mágica que logra milagros, pensamientos y reflexiones.

-Y ¡a mí también! Replicó Sele.

Pero durante toda esa noche…las luces estuvieron prendidas hasta que nació el nuevo día, y nuevamente la rutina del lugar prosiguió su camino.

Los tres grillitos saltaron. Jugaron, descubrieron nuevos rincones misteriosos, no se detuvieron divirtiéndose a pesar de no encontrar la oscuridad que necesitaban para su ¡cric! ¡Cric!

La pasión por continuar a pesar de todo, provocó que sin darse cuenta comenzaran ¡a criquear! Al unísono lo tres grillitos invadieron aquella mañana en el supermercado ante la sorpresiva actitud de silencio y comentarios de la gente del lugar.

-¡Qué extraño es esto! ¿Grillos cantando en el día? Se escuchaba que la gente decía.

-¡Qué melodía tan mágica! Exclamaban. Sucedía que los grillitos acompañaban armoniosamente la música que allí sonaba. Increíble pero hermosa. Cric…cric…cric…no existen horarios. Cric…cric…cric…sin permiso, contra la rutina, cric…cric…cric…lo grandioso vive intensamente y se hace música. Cric…cric…

Y esta es la historia de tres grillitos apasionados en un supermercado marcaron un cambio. Grillos de día ya no son marrones si los descubres…tienen colores amarillo y naranja…y en otra historia sabremos porqué. Cric…cric…cric…

Fin

Grillitos cric…cric…cric… es uno de los cuentos de grillos de la colección cuentos infantiles de insectos de la escritora Viviana Vélez sugerido para niños a partir de siete años.

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