Saltar al contenido

Pablo quería ser rey es un de los cuentos de reyes con valores de la escritora Liana Castello sugerido para niños de ocho años en adelante.

Pablo era un niño de carácter fuerte y que siempre sabía lo que quería. Carismático y dueño de una gran personalidad, Pablo parecía el rey de la clase. Todos los otros niños lo seguían como a un líder. Su palabra era ley. ¿Eso era bueno o era malo? Pues, ya veremos.

Si bien la maestra se daba cuenta del liderazgo que Pablo ejercía sobre sus compañeros, no lo consideraba malo pues todos parecían felices y los días pasaban en armonía.
Sin embargo, llegó un día en el cual Pablo tomó demasiado en serio el papel de “rey de la clase” y no fue un día feliz, tampoco los otros que siguieron. Se había acostumbrado tanto a decidir, dirigir, ser consultado que comenzó a equivocar el camino.

El pequeño decidía a qué se jugaba en los recreos, quién se sentaba con quién, qué se regalaba para cada cumpleaños y así muchas otras cosas.

Llegó un día en que Pablo dejó de parecer simpático y lo que es peor, dejó de serlo. Ya no era un líder positivo, sino un pequeño que creía que era superior al resto. El clima era otro, los niños no se divertían como antes y la armonía era cosa de pasado.

La maestra supo que era el momento de hacer algo, ahora sí debía intervenir. Había que darle una lección a ese pequeño que creía ser el rey y, sabiamente y como diría mi abuela “le dio de tomar de su propia medicina”.

Al tocar el timbre, le pidió que se quedase a conversar con ella durante el recreo y le anticipó que tenía una responsabilidad muy importante para darle.

Pablo se llenó de orgullo, casi que parecía que había crecido unos cuántos centímetros.

Sintiéndose muy importante, se quedó a escuchar lo que su maestra tenía para decirle.

-He notado que todos los niños te siguen como a un verdadero líder-dijo la maestra para empezar-Veo que para el resto de la clase tú eres muy importante y que los chicos siempre hacen lo que les dices.

Pablo no cabía dentro de sí, escuchaba atentamente cómo la maestra “valoraba” su condición de líder.

-Tú dices que eres el rey de la clase ¿verdad?-preguntó.
Pablo asintió con la cabeza.

-Pues bien-dijo la maestra- ser rey es una gran responsabilidad ¿eres consciente de ello?-preguntó.

-Supongo que si-respondió el pequeño.

-Mira Pablo creo que llegó el momento de tener todas las responsabilidades y obligaciones que alguien de lidera un equipo debe tener.

Pablo escuchaba sintiéndose cada vez más importante, la maestra continuó:

-A partir de ahora te encargarás de cuidar a los niños en el recreo, verás que no corran demasiado, que no se lastimen y que no peleen tampoco (un rey debe cuidar de todas las personas que dependen de él). También te encargarás de que todos traigan cada día el material solicitado (un rey debe hacer que en su reino todos sean responsables). Te quedarás en la puerta del aula hasta que todos los chicos hayan salido en forma ordenada y verás que nadie se olvide nada en el banco (un buen rey hace que su gente se organice), esto para empezar, luego veremos.

-¿Todo eso?-preguntó el pequeño.

-Todo eso Pablo, ser rey no es sencillo, pero seguro lo harás bien pues es evidente que te gusta-respondió la maestra y se fue.

Y Pablo cumplió con todo lo que la maestra le había pedido y la verdad no le gustó, no se divirtió, no la pasó bien. No se sentía a gusto en ese papel que la maestra le había asignado.

Pasada una semana, fue el pequeño rey quien quiso hablar con la maestra.

-No es justo señorita-se quejó Pablo-ahora yo no puedo jugar porque debo cuidar a los otros chicos, tengo que controlar si traen los materiales, esperar que salgan todos ¡No es justo!-repitió.

-¿Por qué no es justo?-preguntó la señorita.

-Porque yo soy un niño también, se supone que debo jugar, estar con mis amigos y todas las cosas que hacen los chicos.

-Así que tú eres igual a todos los otros chicos ¿Eso crees?-preguntó astuta la maestra.

-¡Por supuesto!-respondió sorprendido Pablo.

-Y si eres igual a todos los demás, y si quieres y necesitas jugar como todos los chicos ¿por qué dabas órdenes y hacías ver a los demás que eras superior al resto? Y lo que es peor aún ¿Por qué te sentías superior?

-Pero yo… bueno… -Pablo no sabía qué responder, pero sí empezaba a entender lo que su buena maestra intentaba explicarle.

-Mira Pablo, no es malo ser líder, por el contrario, pero una cosa es ser líder y otra muy distinta es sentirse superior, pues todos somos iguales. Incluso un verdadero rey debe cumplir su rol sabiendo que nadie es superior a nadie. ¿Entiendes ahora de qué se trata?

El pequeño asintió con su cabeza.

-Eres un niño como todos, exactamente igual a los demás, o mejor dicho, tan distinto como todos somos uno del otro, pero con los mismos derechos y las mismas obligaciones. Nadie es superior a nadie y es bueno que lo entiendas desde el corazón y con la cabeza también.

Pablo escuchaba atentamente y la maestra prosiguió:

-Un verdadero rey es humilde de corazón y lo es siempre y con cada persona que lo rodea, no lo olvides nunca.

-No lo olvidaré, confíe en mí-dijo el pequeño.

Y fue así, Pablo jamás olvidó las palabras de su maestra. Cambió y todo fue mejor para todos, pero aún mejor para él porque conoció la verdadera felicidad que da un corazón humilde.

Pasado un tiempo, encontró en su cajón de juguetes una corona de rey ¡Vaya ironía! Pensó el niño. Por un momento pensó en colocar la corona en su cabeza, luego pensó en tirarla a la basura. Finalmente, decidió dejarla en su mesa de luz.

Cada noche, antes de dormir, miraba esa corona que le recordaba que los reyes son mejores en los cuentos y que nada se compara con un corazón humilde y una cabecita sin corona.

Fin

Cuento sugerido para niños a partir de ocho años

ILUSTRACION MARIA BULLON

Todos los derechos reservados por Liana Castello

Pablo quería ser rey es un de los cuentos de reyes con valores de la escritora Liana Castello sugerido para niños de ocho años en adelante.

Califica esta entrada

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo