Saltar al contenido

Negligencia. Otro tipo de maltrato infantil.

Tema de la semana: Negligencia. Otro tipo de maltrato infantil. Cuando se está nada más que “en apariencia” y se abandona en una cruel e inentendible dualidad.

Por Liana Castello
Escritora de cuentos infantiles y columniste de encuentos
Escritora de cuentos infantiles
Miembro especial de la comunidad EnCuentos

Por desgracia, son varios los tipos de maltrato infantil. Todos aberrantes. Algunos tienen “más prensa” que otros. Sin embargo, no por desconocidos, son menos crueles.

negligencia, otro tipo de maltrato infantil

Sin duda, si estás leyendo esta página es porque tus hijos te importan y no sólo para que aprendan a amar la lectura, sino que te importan en su totalidad y te ocupas de cada aspecto de su vida.
Lamentablemente, no todos los hijos tienen la misma suerte con sus padres. Por mentira que nos parezca, hay niños que sufren de abandono y no precisamente porque sean huérfanos.

Hoy vamos adentrarnos  en un tipo de maltrato llamado

ABANDONO O NEGLIGENCIA:

 ¿Qué quiere decir?

Significa una falla intencional de los padres o tutores en satisfacer las necesidades básicas del niño en cuanto a alimento, abrigo o en actuar debidamente para salvaguardar la salud, seguridad, educación y bienestar del niño.

Pueden definirse dos tipos de abandono o negligencia:

Abandono físico: Este incluye el rehuir o dilatar la atención de problemas de salud; echar de casa a un menor de edad, no realizar la denuncia o no procurar el regreso al hogar del niño/niña que huyó, dejar al niño solo en la casa a cargo de otros menores.

Negligencia o Abandono Educacional: No inscribir a su hijo en los niveles de educación obligatorios para cada provincia; no hacer lo necesario para proveer la atención a las necesidades de educación especial.

(Según la página www.psicoedagogía.com – Autora Neyla Castillo)

Abandono familiar otro tipo de maltrato infantil

Podemos preguntarnos ¿cuáles son las razones para que un papá o una mamá hagan padecer a su hijito las consecuencias de su negligencia?

Razones puede haber muchas: puede ser una realidad social producto de la pobreza. Padres que deben salir de sus casas, dejando a sus hijos menores a cargo de sus otros hijos que son apenas mayores, en definitiva, niños solos cuidándose (por usar una palabra) unos a otros. Este problema conlleva, entre otras cosas, el no anotar en la escuela a sus hijos. No hay plata, aunque la escuela sea gratis. Tal vez, esos mismos niños deban salir a trabajar, como ya vimos en la columna anterior. 

En esta realidad social tan triste, existen muchas situaciones también de alcoholismo y/o violencia familiar. En este contexto es muy difícil que los padres puedan hacerse cargo de las necesidades básicas de su hijo.

Puede ser también una equivocada noción de lo que “se debe ser”, un castigo que se transforma en una tortura, por ejemplo cuando se deja sin comer a un niño, creyendo “ese abandono” como aleccionador. Lejos está de serlo.

El abandono o la negligencia, no es un fenómeno que se vea sólo en las personas de baja condición económica. También podemos verlo en la clase media o incluso en la clase llamada “pudiente”.

La fundación Amparo (Fundación de Asistencia al Menor y la Familia) con sede en la provincia de Córdoba, Argentina, trabaja para asistir a menores que sufren de abuso.

Leamos con atención las características del maltrato por negligencia, según la fundación antes citada. Esta es una manera de conocer. Si conocemos, podemos estar atentos a ciertos signos. No es lo mismo saber que no saber.

Signos que nos dan la pauta que un niño puede estar sufriendo maltrato por negligencia o abandono:

– Falta frecuentemente a la escuela
– Pide o roba plata u otros objetos a compañeros de colegio.
– Tiene serios problemas dentales o visuales y no recibe tratamiento acorde.
– Es habitual que concurra a clases sucio, o con ropa inadecuada para la estación, sin que la condición de sus padres sea la de pobreza extrema.
– El niño/a comenta que frecuentemente se queda solo en casa o al cuidado de otro menor.

Signos que nos da la pauta que los padres o tutores están siendo negligentes o abandonando al niño:

– Se muestran indiferentes a lo que los docentes dicen del niño/a.
– Su comportamiento en relación al niño/a o a la institución es irracional.
– Padecen de alcoholismo u otra dependencia.
– Tienen una situación socio económica que no explica el descuido en la higiene, el uso de vestimenta inadecuada para la estación, o la imposibilidad de solución de algunos de sus problemas de salud que presenta el niño/a.

Como ya dijimos el abandono no sólo es consecuencia de la pobreza y todo lo que ella conlleva: analfabetismo, ignorancia, una vivienda que no ofrece las mínimas comodidades, la falta de tiempo para atender las necesidades de los niños porque los padres salen a trabajar, dejando –como ya dijimos también- a los niños solos sin un mayor que se haga cargo de ellos.

Es evidente que atañe a cualquier estrato social. Puede no ocurrirnos a nosotros o mejor dicho a nuestro hijo, pero sí a un compañero de clases, a un amiguito.

Ya vimos qué pasa en el “mientras tanto” y ¿en el futuro? ¿Qué pasa con el niño o niña que sufre este maltrato? Compartamos fragmentos de un artículo titulado “La Familia Abandónica y sus consecuencias” del Lic. Daniel E. Fernández, psicólogo (Matricula 46.761) que nos esclarecen y mucho este tristísimo panorama:

“En principio, vale recordar que un bebé que nace desvalido y sin familia no puede sobrevivir. Es decir, que esa familia insustituible debe ser considerada como la gran formadora de personas”  

“… el abandono familiar puede conducir a la vagancia y, como consecuencia de esta última, el menor puede caer en conductas nocivas como la drogadicción y la delincuencia. Es decir que ese abandono que afectó a en su momento a un infante, también podrá más tarde estar afectando, por intermedio de las conductas antes mencionadas, a toda la sociedad en su conjunto. Y si consideramos que el abandono es muestra de una descomunal falta de afecto por parte de los progenitores hacia el menor, no debemos olvidar que aún sin llegar a tales extremos toda falta de afecto provoca dañinas consecuencias a corto y largo plazo”. 

“… tanto los cuidados que una familia tiene con sus hijos como la falta de los mismos, tendrán una consecuencia que a través de la futura conducta de esos hijos habrá de repercutir en la sociedad…”.

Como padres, estamos formando personas, lo que hagamos hoy por nuestros hijos, no sólo los afectará hoy, sino para toda la vida.  Este es el desafío y en esto también radica la responsabilidad, que es muchísima sin lugar a dudas.

En muchos casos, como vimos, una situación de extrema pobreza, ignorancia, exclusión social no ayuda. Es muy probable que quien no puede hacerse cargo como debiere de su hijo, ha sido un niño del que no se han hecho cargo tampoco. El pasado nos marca para bien o para mal.
Aún así, con una historia que no ayuda, un pasado que ha marcado al padre o a la madre, algo se puede hacer por el presente y el futuro de ese niño.

Como dijimos anteriormente, seguramente nuestros hijos no estén padeciendo este tipo de abandono, pero no se trata sólo de nosotros y nuestros hijos, se trata “del otro” también. Muchos de los que leen esta página, más allá de ser padres, pueden ser maestros, profesores, tener un trabajo en contacto con niños. Conociendo un poco más, estaremos en condiciones de ayudar a otros niños, si sabemos ver los signos que se puedan manifestar en ellos.

El cuidado de nuestros hijos. Solidaridad

También es bueno pensar que sin llegar a estos extremos antes citados, podamos estar siendo negligentes en algunos aspectos de nuestra paternidad. Siempre es bueno reflexionar al respecto. Tal vez, alguno de nosotros, no le preste la debida atención a su hijo, no esté el tiempo que su trabajo le permite con su hijo, no lo lleve con la periodicidad necesaria a los controles médicos, no lo escuche. Podemos hilar un poco más fino y repito, sin necesidad de llegar a los extremos mencionados, estar incurriendo en algún tipo de conducta abandónica.

Ahora sabemos un poquito más de qué se trata, sus consecuencias futuras, tenemos más armar para ayudar, para estar atentos y por qué no para ponernos a pensar en todas las formas que hay de estar presentes para un hijo.  Son infinitas, como el amor que uno siente por ellos.

5/5 - (1 voto)

Por favor, ¡Comparte!



Por favor, deja algunos comentarios

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Recibe nuevo contenido en tu E-mail

Ingrese su dirección de correo electrónico para recibir nuestro nuevo contenido en su casilla de e-mail.



Descubre más desde EnCuentos

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Seguir leyendo